De los 34 países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México está entre los tres que menos recursos destinan a salud. Tan sólo el 6.2 por ciento de su Producto Interno Bruto. Una inversión modesta, que sólo pone al país por encima de Turquía y Estonia. Y lo deja lejos del promedio de la organización, de 9.5 por ciento.
Otro indicador, la esperanza de vida, revela que al nacer en este país las personas llegan a tener en promedio 74.5 años (dato del 2013), mientras que el promedio de los países de la OCDE es de 80.
Al igual que en el resto del mundo, la principal causa de muerte en México son las enfermedades cardiovasculares (ECV). Tan sólo en el 2015 hubo 113 mil fallecimientos, sin considerar el paro cardíaco, refieren los datos oficiales. Esto representa el 18 por ciento del total de las causas de muerte.
La Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) del 2012, la más reciente en su tipo, refirió que en el país hay 34 millones de personas con sobrepeso y 26 millones con obesidad. Condiciones que ponen a México en el primer lugar del mundo por la prevalencia de estas enfermedades, que le cuestan al Estado más de 70 mil millones de pesos.
Por su parte, la diabetes es la segunda causa de muerte entre los mexicanos; en 2015 cobró la vida de 92 mil 300 personas.
La diabetes tipo 2, que se caracteriza porque el cuerpo produce insulina, pero no lo suficiente como para contrarrestar sus niveles de glucosa. Esta enfermedad ha sido diagnosticada en personas mayores de 10 años, y afecta a 6 m
illones 500 mil mexicanos. Se estima que una proporción igual sigue sin ser detectada dentro de la población.
El cáncer más allá de ser una enfermedad es un cúmulo de 200 enfermedades diferentes. En México los tumores malignos son la tercera causa de muerte. Ya que cobran 75 mil vidas.
Un panorama bastante alejado de 1990, donde según el estudio, las muertes prematuras se debieron a enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias, partos prematuros, accidentes viales y anomalías congénitas.
Los mexicanos, niños y adultos, hombres y mujeres, están adoptando el estilo de vida de los países desarrollados, es momento de que las farmacéuticas presenten avances en la medicina y se regule la acción inmediata en atacar las demografías con incidencia de enfermedades degenerativas.
Un eficaz uso del reconocimiento y registro de cómo se encuentra la población mexicana es una herramienta que puede solucionar no sólo el enfoque de ventas en el sector, sino la identificación oportuna de enfermedades.