Novartis, Sanofi, MSD, GSK y Abbott son solo algunos de los laboratorios autorizados por COFEPRIS para distribuir la vacuna contra la influenza. En esta temporada 2015-2016 hemos sido testigos de un esfuerzo sin precedentes por parte de la Secretaría de Salud para prevenir la influenza, con alrededor de 31 millones de dosis aplicadas y el 92 por ciento de la población vulnerable vacunada.
En 2009 la Secretaría de Salud reportó 72 mil casos de influenza, mientras que en esta ocasión sólo se reportan 2 mil 818 casos, es decir, el 3 por ciento respecto al anterior brote.
Roche surtió más de 80 mil tratamientos, de los cuales 35 mil, se distribuyeron desde octubre del año pasado entre las diferentes clínicas y hospitales del IMSS e ISSSTE; por lo que estas dependencias tienen en inventario, la suficiente cantidad de medicina para hacer frente a esta enfermedad.
La respuesta sobre el por qué se genera un supuesto desabasto de Tamiflu en el mercado mexicano la deberíamos de encontrar en la cadena de distribución.
La COFEPRIS puso a disposición de los mexicanos un centro de atención telefónico para informar en cuáles de las 28 mil farmacias del país, se pueden adquirir los medicamentos.
Por su parte, la Unión Nacional de Empresarios Farmacéuticos (Unefarm), que aglutina 5 mil 600 puntos de venta realizan un gran esfuerzo para canalizar a las personas a las farmacias en dónde pueden conseguir el Tamiflu.
Al descontar de los 80 mil tratamientos surtidos por Roche los 35 mil que están en poder de las instituciones públicas de salud y los casi 3 mil casos de influenza reportados, aún quedan 42 mil tratamientos disponibles, es decir 1.5 tratamientos por farmacia.
El problema, más allá de una distribución perfecta por punto de venta, es que los brotes de influenza están altamente correlacionados con la densidad urbana, la cual facilita la propagación de enfermedades infecciosas y sobre todo si se trata de poblaciones en asentamientos irregulares. De tal suerte que, la Ciudad de México, Guadalajara y Querétaro son las ciudades más afectadas por este virus.
La Cofepris, que tiene la autoridad para verificar las comandas y las entregas en la cadena producción-distribución, podría aplicar sanciones en caso de encontrar algún acaparamiento o medida irregular que no asegure el abasto de Tamiflu.
El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) catalogó en 2015 a las epidemias como el segundo riesgo global más importante en términos de impacto, por lo que tener inteligencia de mercado en términos de inventario por punto de venta es indispensable no sólo para las empresas si no también para el Gobierno.
Para controlar una pandemia, el WEF recomienda: colaboración entre los gobiernos, sociedad civil y el sector privado; coordinación del control, recolección, intercambio y análisis de datos sobre enfermedades infecciosas en tiempo real; incentivar al sector privado para desarrollar y ampliar la producción y distribución de medicamentos asequibles, vacunas y diagnósticos; establecer una red de centros de investigación de amenazas microbianas; así como la promoción de estándares internacionales para implementar las mejores prácticas de laboratorio, normativas y éticas.