En muchos países, una gran proporción de los servicios clínicos de salud sigue prestándose a través de los centros que proporciona el gobierno. Con frecuencia, las decisiones más complejas y costosas en relación con el sector farmacéutico, se refieren a la financiación y al suministro de los medicamentos destinados a los servicios de salud locales. En algunos países, el suministro de medicamentos del sector público está suficientemente financiado y es administrativamente eficaz. Sin embargo, en otros el suministro farmacéutico es poco seguro y las situaciones de escasez, son demasiado frecuentes.
Algunos escenarios frecuentes en el deficiente suministro de medicamentos son:
- La rigidez del sector farmacéutico, especialmente el de sus burocráticos reglamentos del personal;
- La falta de incentivos para un recibimiento eficaz para medicamentos;
- La indefinición de las relaciones y responsabilidades institucionales (relación representante-especialista);
- La interferencia política;
- La falta de autonomía administrativa y responsabilidad;
- La ausencia de competidores;
- La insuficiencia de recursos financieros.
Es por eso que es de suma importancia que los sistemas de suministro de medicamentos alcancen tres objetivos principales:
- un alto nivel de servicio, medido por los bajos índices de escasez y agotamiento de existencias;
- eficiencia, valorada por unos costos totales bajos en relación con determinado nivel de servicio;
- calidad, consistente en el suministro de medicamentos de calidad satisfactoria.
¿Pueden utilizarse mecanismos de mercado para aumentar la eficiencia y los niveles de servicio del sector público y, con ello, mejorar el acceso a los medicamentos esenciales a través de los servicios de salud estatales?
En los últimos años, se han realizado diversos intentos para introducir métodos de gestión del sector privado y elementos de competencia en los servicios de salud públicos, los cuales se han basado en la creencia de que la cuestión decisiva no es la propiedad pública, sino más bien el tipo de gestión y el entorno comercial en el que actúa la empresa farmacéutica correspondiente.
Somos testigos, por otra parte del aumento en la capacitación logística para la distribución en puntos clave a los que una compañía farmacéutica pueda llegar, en la actualidad el canal productor-mayorista-cliente ha quedado obsoleto y las farmacéuticas han de llegar a las farmacias directamente y más rápido que sus competidores.