Si bien es cierto que los medicamentos y vacunas que se suministran en la industria farmacéutica ayudan a prevenir y curar diversas enfermedades, también pueden representar un riesgo al producir una reacción adversa no identificada, pues esto depende de los factores genéticos.
Según la Organización Mundial de la Salud (1972), una reacción adversa se traduce en “cualquier efecto perjudicial y no deseado que se presenta a las dosis empleadas en el humano para la profilaxis, el diagnóstico, la terapéutica o la modificación de una función”.
De acuerdo a la OMS (2002) la Farmacovigilancia es “la ciencia que trata de recoger, vigilar, investigar y evaluar la información sobre los efectos de los medicamentos, productos biológicos, plantas medicinales y medicinas tradicionales con el objetivo de identificar información nueva, reacciones adversas y prevenir los daños en los pacientes” (NOM-220-SSA1-2012).
Por su parte, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), a través del Centro Nacional de Farmacovigilancia determina que se trata de una actividad de corresponsabilidad entre autoridades sanitarias (Cofepris), industria farmacéutica (Laboratorios), y profesionales de la salud (Médicos), quienes vigilan y evalúan los beneficios y riesgos del uso de medicamentos.
Este monitoreo juega un papel de suma importancia ya que, si usted tiene sospecha de alguna reacción adversa ocasionada por medicamentos, puede realizar un reporte y de esta forma el sector sanitario diseñará una estrategia para minimizar y eliminar los daños ocasionados por los fármacos en la población.
Para seguridad de los pacientes surge el Programa Permanente de Farmacovigilancia, que pone a disposición del público en general una forma accesible para la notificación de las mismas:
http://www.cofepris.gob.mx/AZ/Paginas/Farmacovigilancia/Formato-en-Linea.aspx
Si usted reconoce algún daño asociado con un medicamento, realice su reporte y contribuya al mejoramiento de la industria farmacéutica.