Mexicanos más resistentes a la Ampicilina que a cualquier otro antibiótico

De acuerdo al estudio ‘Tratamiento inadecuado y resistencia a antibióticos, así como factores de riesgo para mortalidad UCI (Unidad de Cuidados Intensivos)’ se reportó una alta resistencia a los 12 antibióticos más comunes, en especial a la Ampicilina, con 80.4 por ciento, del ciprofloxacino 49.75 por ciento, ofloxacino 49.75 por ciento, Ácido nalidixico de 60.8 por ciento.

El análisis involucró a 113 pacientes con 119 episodios de infecciones hospitalarias, vinculadas a neumonías, e-Coli y de vías urinarias en instituciones sanitarias de Durango, Monterrey y de la Ciudad de México.

Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), alertaron que en nuestro país el problema de infecciones nosocomiales, puede ser dos veces mayor al de Estados Unidos, país en el que se calculan 23 mil muertes anuales por infecciones resistentes a los medicamentos.

Según estimaciones, diez millones de personas podrían morir en 2050 por el ataque de las bacterias resistentes a antibióticos, en su mayoría infecciones hoy curables. Por ello, desde el año 2009, en México se han realizado diversos estudios para analizar la resistencia a los antibióticos más comunes que se otorgan en el sector salud.

La resistencia a los antibióticos es una de las amenazas más graves para la salud pública de hecho, hace 70 años el 95 por ciento de las personas en el mundo eran sensibles a la penicilina, ahora el 98 por ciento son resistentes a ella y cada vez existe un número más amplio de bacterias que consiguen esquivar este tipo de tratamientos farmacológicos.

La comunidad internacional pretende con este paso poner sobre la mesa una estrategia política para combatir la aparición de bacterias multirresistentes. Por ello, la Organización de las naciones Unidas (ONU) promovió esta semana un acuerdo en el que compromete a 193 países a cumplir una tres objetivos:

  1. Supervisar y regular el uso y la venta de antibióticos para humanos y animales.
  2. Promover la innovación para desarrollar nuevos antibióticos.
  3. Formar a los profesionales de la salud para crear una conciencia pública sobre cómo prevenir las infecciones resistentes a los antibióticos.

Si tomamos antibióticos nos sentiremos mejor y nos curaremos un par de día antes, pero con un efecto que no es terapéuticamente neutro, pues el tratamiento favorecerá la proliferación de bacterias resistentes.

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