Palabras mágicas para la percepción positiva de un medicamento

Aunque las habilidades de comunicación son parte del quehacer de un buen médico, y de cualquier organismo que se dedique a velar por la salud de la población, existe evidencia de que al día de hoy, sigue siendo uno de los grandes desafíos en el ámbito sanitario. En esta disciplina, la selección de las palabras es de vital importancia.

Éstas pueden funcionar mercadológicamente de dos formas: como obstáculo limitadores para el paciente o alimentar su mente despertando sentimientos positivos que le impulsan a llevar a cabo sus propósitos con más facilidad. Cuando se trata de dar a conocer los beneficios de un nuevo medicamento, las palabras que se utilizan son la clave de todo. De acuerdo a una investigación del Dartmouth Institute for Health Policy & Clinical Practice se ha demostrado que hay palabras ‘mágicas’ que provocan una percepción positiva del medicamento que se está proporcionando al  paciente.

Como el conocido caso del adjetivo ‘prometedor’. Sin embargo, las palabras mágicas por excelencia son ‘gran avance’. En su uso cotidiano, esta denominación hace referencia a un adelanto muy significativo o definitivo en el ámbito farmacológico. Sin embargo, desde la creación de la Ley de Seguridad e Innovación, la FDA permite la designación de ‘avance’ cuando se refiere a drogas que, estando en fases preliminares, traten una enfermedad grave o potencialmente mortal y que puedan demostrar una mejora sustancial sobre las terapias ya disponibles. Estos fármacos suelen recibir lo que se conoce como la aprobación acelerada. Desde la creación de esta Ley, todos los comunicados de prensa de la FDA que anuncian la aprobación de medicamentos innovadores han utilizado el término ‘gran avance’, mientras que alrededor de la mitad utiliza el término ‘prometedor’.

Esta situación motivó a los investigadores a desarrollar un estudio en el que se probase que hay palabras que afectan al juicio de la gente que tiene menor formación e información sobre Medicina. Los investigadores utilizaron cinco breves descripciones emitidas como nota de prensa por la FDA sobre la aprobación de un medicamento en las que aparecían términos neutros o se les añadía las palabras ‘definitivo’, ‘prometedor’ o ‘gran avance’). Cada participante recibió una descripción al azar y juzgó los beneficios, daños y solidez de las pruebas realizadas al medicamento.

Medicinas_CUEl estudio concluye que al añadir ‘avance’ o ‘prometedor’ en la descripción aumenta significativamente el porcentaje de participantes que calificaron la droga como ‘muy’ o ‘completamente’ efectiva (25%) en comparación con la descripción en la que se prescindía de estos términos (11%). El hecho de incluirlos también provocó un aumento de la percepción de que el medicamento es ‘fuerte’ o ‘extremadamente fuerte’ (59% y 63% frente al 43%). Cuando se les preguntó por el medicamento que tomarían en caso de serles diagnosticada una enfermedad potencialmente mortal, el 92% eligió el medicamento presentado como ‘gran avance’.

Estos resultados dan fe de que, aunque nuestro cerebro siga siendo treinta veces más potente que el mayor superordenador que se haya desarrollado hasta el momento, las palabras siguen teniendo un gran poder sobre él para dirigirlo de manera óptima hacia la consecución de los resultados que uno desea, tenga buenas o malas intenciones.

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