Los avances en políticas públicas y regulación en materia de salud permitió definir con claridad los roles de las distintos eslabones que componen la proveeduría de medicamentos.
En primer lugar esta el fabricante, cuyo nivel de conocimiento médico-científico e inversión en investigación y desarrollo funge como motor en la innovación de terapias. En un segundo nivel esta el distribuidor, el cual requiere elevada especialización logística y financiera, así como capacidad para administrar grandes volúmenes de medicamentos y dispositivos médicos para comercializaros en todo el país. Por último están las farmacias, que son el punto de venta y tiene el contacto directo con el paciente, de tal manera que requiere conocimiento especializado y capacidad de servicio.
La relación que tienen las farmacias con los pacientes es muy cercana, a tal grado que en el momento de la solicitud de una receta, el personal de la farmacia tiene incentivos para sugerirle al cliente que cambie el medicamento prescrito; esto se da debido al alto grado de competencia que existe entre los participantes de la cadena de suministro. El verdadero papel de las farmacias es de asesoría al destacar las virtudes de cada producto, no de convencimiento.
Uno de los temas en los que se debe incursionar, sobre todo en innovación, es en la cadena de suministro de las farmacias ya que es necesaria la colaboración entre toda la cadena para llevar a cabo de mejor manera la fase final de la atención en salud a los mexicanos, que es la entrega del fármaco, dispositivo o material de curación.
El reto es alinear los intereses entre fabricantes, distribuidores y farmacias para encontrar otras maneras de llegar al paciente, quien a final de cuentas es el eje rector de todo lo que construye el sector farmacéutico.
Sin duda, conforme existe mayor información y empoderamiento del paciente, se eleva su exigencia y expectativa de servicio y acompañamiento en su proceso. La tendencia en cadenas de suministro es la colaboración entre empresas para logar estrategias sostenibles, en particular con la entrega de laboratorios a farmacias para acompañar al paciente, incluso más allá de la farmacia.
La disponibilidad del tratamiento o terapia en el momento en que se requiere es la base; sin embargo, el paciente también espera una parte emocional -trato, acompañamiento y seguimiento. Conforme se rediseñan y profesionalizan las farmacias, surgen nuevos esquemas de colaboración entre los distintos eslabones de la cadena de suministro.